[ANALISIS] PUTIN llega a China para cumbre con XI JINPING. denuncias «INJUSTICIAS» de Occidente

La peor pesadilla de Occidente se hizo realidad, una cumbre personal cara a cara entre los líderes de las dos potencias adversarias del mundo unipolar de EEUU, el presidente Ruso Vladimir Putin y el presidente Chino Xi Jinping, los cuales no dejaron pasar tan única oportunidad para afianzar sus lazos y mandar un desafío conjunto contra Washington.

La reunión sacó chispas, pues se habló directamente de la intención de China y Rusia por poner orden y justicia a un escenario internacional dominado por los intereses de EEUU y sus aliados. Esta cumbre es sin duda un momento histórico que pone en manifiesto el inevitable declive del mundo neoliberal globalizado liderado por EEUU y el también inevitable nacimiento de la era multipolar.

La cumbre entre los lideres de China y Rusia comenzo el 16 de mayo de 2024

Vladimir Putin y Xi Jinping en una cumbre que hace temblar a EEUU, se comprometieron el jueves a trabajar juntos contra lo que calificaron de presiones «destructivas y hostiles» de Washington y a profundizar los lazos que se han reforzado desde el inicio de la operación rusa en Ucrania.

El presidente chino dio la bienvenida a su homólogo ruso, que llegó a Pekín antes del amanecer, en el Gran Salón del Pueblo antes de dos días de reuniones destinadas a subrayar la estrecha relación de los líderes y reforzar el apoyo de China a la economía rusa en tiempos de guerra.

La visita de Estado de Putin, su primer viaje al extranjero desde que juró su quinto mandato presidencial la semana pasada, fue un claro reproche a Estados Unidos después de que el secretario de Estado Antony Blinken instará el mes pasado a China a abandonar su apoyo a la guerra de Rusia en Ucrania.

En lugar de los deseos de Blinken, Rusia y China se comprometieron a estrechar los lazos entre sus ejércitos y a ampliar la escala de sus maniobras conjuntas en una extensa declaración conjunta, y el nuevo secretario de Defensa y el jefe del Consejo de Seguridad de Putin estaban preparados para unirse a él en las conversaciones a puerta cerrada con Xi durante la cena del jueves por la noche.

En su discurso de apertura, Putin elogió los lazos económicos entre Rusia y China y afirmó que su asociación era «uno de los principales factores estabilizadores en la escena internacional». Xi subrayó la «amistad» entre Moscú y Pekín, afirmando que Putin y él se proporcionaban mutuamente «orientación estratégica», antes de que ambos firmaran la declaración sobre la profundización de su asociación.

En la declaración se condenaban los despliegues de misiles nucleares estadounidenses que amenazaban a Rusia y China, así como la alianza Aukus de Washington con el Reino Unido y Australia.

Moscú y Pekín tienen la intención de aumentar la interacción y estrechar la coordinación para contrarrestar el rumbo destructivo y hostil de Washington hacia la llamada “doble contención” de nuestros países», decía la declaración.

El presidente chino, Xi Jinping, tomó una postura diplomática y dijo en Pekín a su par ruso, Vladimir Putin, que China y Rusia van a hacer “preservar la justicia en el mundo”, según informes del Ministerio de Exteriores del país asiático. Esto es una cachetada con guante blanco para la hegemonía de EEUU, pues quiere decir salvaguardar el imperio de la ley internacional, y no el imperio de los intereses expansionistas de occidente.

” Pese a algunos altibajos, nuestras relaciones han ido fortaleciéndose y han resistido la prueba del cambiante panorama internacional. Somos un buen ejemplo para otras potencias en cuanto a respeto y franqueza. El desarrollo de nuestros lazos favorece a la paz, la estabilidad y la prosperidad de la región y del mundo”, dijo Xi Jipinng en la reunión a puerta cerrada que mantuvieron.

” Seguiremos consolidando nuestra amistad y defenderemos la justicia en el mundo”, afirmó Xi ante Putin. El líder chino recordó que se ha reunido con Putin “más de cuarenta veces” y señaló que ambos mantienen “una estrecha comunicación” y que se brindan una “orientación estratégica” que ha “asegurado el desarrollo sólido, estable y fluido de nuestros lazos”.

” La relación entre China y Rusia hoy en día se ha ganado con esfuerzo, y las dos partes deben valorarla y fomentarla”, apuntó. Xi remarcó que China está dispuesta a trabajar con Rusia “para seguir siendo un buen vecino, un buen amigo y un buen socio que confían el uno en el otro”. Estas palabras, de equipo y alianza, debieron haber caído como un balde de agua helada a Washington.

Rusia acogió con satisfacción los esfuerzos de China por negociar la paz con Ucrania, que hasta ahora se han hecho eco en su mayoría de los argumentos del Kremlin, en donde China ha dejado claro que para llegar a firmar la paz en Ucrania deben tenerse también los intereses rusos en consideración.

Los países también se comprometieron a profundizar su asociación económica, que se ha convertido en un apoyo vital para Rusia después de que las sanciones occidentales por Ucrania la dejaran fuera de los mercados mundiales y las cadenas de suministro.

En la declaración se condenaron los intentos de incautación de activos soberanos -en clara referencia a los debates occidentales sobre la entrega a Ucrania de parte de los fondos soberanos rusos congelados- y se afirmó que los países se reservaban el derecho a responder contra ellos, pues sería una clarísima violación del derecho internacional.

La delegación rusa incluía a altos funcionarios encargados de aumentar la producción de defensa, entre ellos Denis Manturov, recientemente ascendido al cargo de Viceprimer ministro, responsable del sector de defensa. 

Los directores generales de Cooperación Espacial Rusa y de Cooperación Técnico-Militar también participarán en las conversaciones a pequeña escala con Putin. El Kremlin informó de que Putin y Xi darían un paseo a solas antes de reunirse para mantener conversaciones más delicadas con el nuevo ministro de Defensa, Andrei Belousov, y su predecesor, Sergei Shoigu, actual secretario del Consejo de Seguridad, así como con los dos máximos responsables de política exterior del presidente ruso.

El viernes, Putin fue con los líderes chinos para depositar una ofrenda floral a los soldados soviéticos en el noreste de China antes de asistir a una Expo China-Rusia, informó la publicación empresarial china Caixin.

Antes de su visita de esta semana a China, el presidente ruso Vladimir Putin elogió a su homólogo chino y poderoso socio político, Xi Jinping, por compartir su visión de un «orden mundial multipolar» y señalar los fracasos del orden mundial liderado por Estados Unidos.

«El pensamiento dentro de Rusia es que Estados Unidos volverá al aislacionismo de finales del siglo XIX, principios del siglo XX. Esto es lo que siempre ha querido la Unión Soviética y lo que siempre ha defendido Rusia: que el continente europeo no tenga Estados Unidos», declaró a i Stephen Hall, profesor de política rusa y post soviética en la Universidad de Bath.

Sentada junto a Rusia y observando cómo Occidente se enreda en cuestiones globales está China, que persigue su propio ideal de un orden mundial multipolar, en donde el comercio y la política china no esté constreñida por los tentáculos de occidente.

Pekín se ha abstenido de intervenir directamente en la guerra de Rusia en Ucrania y en el asalto de Israel a Gaza, más allá de los llamamientos a la moderación y la paz, haciendo gala de un tipo de diplomacia atractiva para el resto del mundo, que cada vez más considera que Occidente está perdiendo su autoridad moral.

«Xi busca transformar el orden internacional liberal desde dentro con el apoyo de los países del sur global y lo llama la “democratización” del sistema internacional», explicó Steve Tsang, director del Soas China Institute de Londres.

Pero para llegar a ese punto es útil ver que el orden internacional liberal está fracasando, para que los argumentos a favor del cambio y la transformación sean evidentes». En este contexto, los desafíos de Putin al orden internacional liberal son muy bienvenidos para Xi y para Pekín».

De esta manera la cumbre de Putin y Xi Jinping representa un verdadero terremoto para los intereses occidentales, pues ve como los más grandes adversarios de Washington, Rusia y China, juegan en equipo, mientras cada vez más se deteriora el mundo unipolar de EEUU.