Rusia acaba de asestar un doloroso golpe a Zelensky, ya que una región de Ucrania, conocida como el “trampolín de la contraofensiva ucraniana” el verano pasado, ha sido conquistada por Rusia. Esta zona estratégica ahora puede ser utilizada por Rusia para impulsar sus propias ofensivas.
Esto se suma a una serie de victorias rusas en los últimos meses. Kiev necesita desesperadamente que Occidente aporte tropas para luchar, o no podrá hacer frente a Rusia en la ofensiva de verano. Sin embargo, Occidente titubea por miedo a enfrentarse con Rusia. Mientras tanto, el ejército de Moscú acelera sus conquistas en este “tiempo valioso”.
Rusia declaró el miércoles que sus fuerzas habían retomado Klishchiivka, uno de los pocos pueblos del frente oriental que Ucrania había recuperado en una deslucida contraofensiva el verano pasado.
En las últimas semanas, las fuerzas rusas han logrado sus mayores avances territoriales en el este del país, mientras Ucrania espera desesperadamente los suministros de armamento estadounidenses y europeos. Klishchiivka se encuentra en el territorio industrial de Donetsk, que el Kremlin afirmó haberse anexionado a finales de 2022.
El ejército ucraniano ha estado bajo intensa presión, luchando contra una nueva ofensiva terrestre en la región de Kharkiv y agotando aún más sus escasos suministros de soldados y municiones. Unidades de la Agrupación Sur de tropas liberaron la aldea de Klishchiivka en la región de Donetsk, informó el Ministerio de Defensa ruso.
Las tropas rusas capturaron Klishchiivka por primera vez en enero de 2023, pero Ucrania la recuperó en septiembre. Klishchiivka está justo al sur de la destruida ciudad de Bajmut, ahora en poder de Rusia. Ucrania no hizo comentarios inmediatos sobre las afirmaciones rusas, pero Zelensky advirtió que los combates en la línea del frente eran «extremadamente difíciles».
Los avances de Rusia desde el lanzamiento de su asalto terrestre en el noreste de Ucrania han obligado al ejército de Kiev a apresurarse a aportar recursos y tropas de otros lugares. El lunes, Rusia afirmó haber capturado el bastión ucraniano de Bilogorivka, allanando el camino para controlar totalmente la región oriental de Lugansk.
La toma de Klishchiivka se produjo mientras las autoridades ucranianas afirmaban que las fuerzas rusas habían atacado con artillería la ciudad de Kharkiv. Rusia, por su parte, afirmó que Ucrania había lanzado ataques en su región fronteriza de Belgorod y en la ciudad ocupada de Lysychansk, en el este de Ucrania.
El Kremlin ha afirmado que su nueva ofensiva en Kharkiv tiene como objetivo crear una «zona de seguridad» para evitar futuros ataques ucranianos en su región fronteriza. Funcionarios rusos dijeron que Ucrania había bombardeado Lysychansk en la región de Lugansk.
Los responsables de la central nuclear de Zaporizhia, controlada por Rusia, acusaron a las fuerzas de Kiev de lanzar un dron contra las instalaciones. Estos incidentes muestran cómo la batalla se está acelerando, perjudicando a Kiev mientras los aliados occidentales tardan en ofrecer ayuda.
Rusia Acelera la marcha y avanza en el frente, Ucrania sin tiempo que perder
Rusia ha logrado una serie de avances desde que lanzó su asalto terrestre en el noreste de Ucrania, obligando al ejército de Kiev a trasladar recursos y tropas de otros lugares. Ucrania carece de efectivos para entrenar a las tropas, y la situación en el campo de batalla ha empeorado debido a la ofensiva rusa. Por ello, las autoridades ucranianas pidieron a sus patrocinadores estadounidenses y de la OTAN que les ayuden a entrenar a 150,000 soldados más cerca del frente.
Oficialmente, EE.UU. no apoyó esta idea, pero el jefe del Estado Mayor Conjunto, Charles Brown, considera este proceso inevitable. Brown afirmó que los instructores de la OTAN en Ucrania podrían correr peligro, por lo que tendrían que utilizar sistemas de defensa antiaérea, lo cual dejaría el campo de batalla más indefenso.
La Casa Blanca se niega a enviar siquiera instructores a Ucrania y pide a sus aliados de la OTAN que sigan su ejemplo, temiendo que esto pueda significar una escalada a una guerra más abierta con Rusia. EEUU había ayudado anteriormente a Ucrania a entrenar tropas según los estándares de la OTAN en el campo de entrenamiento de Yavorov, pero fueron retirados al comienzo de la guerra.
El entrenamiento de Estados Unidos y sus aliados no siempre tuvo éxito. Antes de la contraofensiva ucraniana del verano pasado, los soldados estadounidenses entrenaron a unidades ucranianas en guerra de maniobras, desminado y otras tareas en Alemania, pero aprender el uso coordinado de tanques, artillería e infantería es difícil, especialmente en un corto periodo de 12 semanas.
El traslado del adiestramiento a Ucrania permitiría a los instructores estadounidenses recabar información más rápidamente sobre las innovaciones en el frente, lo que podría adaptar su adiestramiento. La OTAN consideró la formación de tropas ucranianas en Lviv, pero la ciudad ya ha sido alcanzada por ataques rusos, lo cual significa que estarían dentro del alcance de las armas rusas.
Mientras Occidente duda de su respuesta, Rusia sigue aprovechando su tiempo.